En una sala climatizada de Hernandarias, entre papeles sellados y bandejas de acero, los directores de Itaipú podrán disfrutar durante los próximos tres años de un servicio de refrigerios digno de hotel cinco estrellas. Canapés de palmito, empanaditas de ricota, mini piononos, brigadeiros, brownies y jugos naturales forman parte del menú detallado en el llamado NE 1616-25, destinado a “reuniones gerenciales, talleres, cursos y licitaciones institucionales” de la hidroeléctrica binacional.
El contrato, cuyo presupuesto estimado asciende a G. 2 018 098 548 (unos USD 270 000), prevé la prestación del servicio durante 36 meses, según la Cláusula 45 de la minuta de contrato. La convocatoria fue publicada como “Concurso de Precios Nacional NE 1616-25”, y recibirá ofertas el 18 de noviembre de 2025, en el auditorio de la Dirección Financiera de la entidad.

El banquete de los super privilegiados del país
Las especificaciones técnicas parecen más una carta de catering que un pliego licitatorio. Bocaditos salados y dulces, croquetitas, sandwichitos de pan de miga, mini mbejú y pastel mandi’o, junto a una versión “gourmet” con canapés de atún y tarteletitas de palmito, conforman el menú base.
En el apartado de dulces, el detalle adquiere tono de pastelería fina: brigadeiros blancos y negros, tartitas de limón y frutos rojos, conitos de hojaldre, trufas y eclairs de crema y chocolate. Todo servido, según el documento, en platos de porcelana, con cubiertos de acero inoxidable y manteles blancos o pasteles.

Planilla de precios y especificaciones de la polémica licitación
El contratista deberá proveer personal uniformado, con guardapolvo blanco, guantes y gorros aprobados por Itaipú, además de garantizar que el sabor sea “ni demasiado condimentado ni carente de gusto”. Incluso se especifica el gramaje de los bocaditos (25 a 40 gramos) y la temperatura de las bebidas, que deberán entregarse “por debajo de 5 °C”.
La licitación, según la minuta, será fiscalizada por la Superintendencia de Servicios Generales (SG.AE), área responsable de coordinar pedidos de la “alta gerencia”.
El servicio se ejecutará exclusivamente en las dependencias de la Margen Derecha, en Hernandarias y Ciudad del Este, no en la sede de Asunción.
Una austeridad de utilería
El monto puede parecer menor frente al presupuesto global de la binacional, pero adquiere sentido en contraste con su discurso de austeridad. Con los mismos G. 2 018 millones podrían financiarse 123 000 almuerzos escolares (a G. 16 420 cada uno, según el MEC 2025), pagar 56 salarios anuales de docentes de nivel inicial o adquirir 10 ambulancias básicas.
El gasto se suma a una secuencia de confort institucional que Parámetro viene documentando: la compra de una camioneta blindada para uso de la Dirección General, por más de G. 1.300 millones, según la investigación “La camioneta blindada de Itaipú: seguridad VIP en tiempos de austeridad”.
En ese caso, la entidad no ofreció ninguna justificación operativa o técnica sobre el uso del vehículo ni el área a la que estaría destinado, según los propios documentos licitatorios revisados por este medio.
A ese episodio se suman la cafetería VIP de la sede de Asunción y ahora un servicio de catering de lujo con exoneración tributaria, amparado por el artículo XII del Tratado de Itaipú.
Incluso se prevé un reajuste anual de precios según el índice del Banco Central del Paraguay.

Los anexos introducen, sin embargo, un guiño “verde”: al menos 10 % de los alimentos deberán ser orgánicos (Ley 3481/08 y Decreto 4577/10) y otro 10 % provenir de la agricultura familiar dentro de 160 km. Un gesto de sustentabilidad que contrasta con la fastuosidad de los brigadeiros y las trufas servidas en porcelana.
Justificación
Itaipú sostiene que el gasto responde a necesidades logísticas para “reuniones y capacitaciones”.
Pero el pliego deja ver otra cosa: una cultura de privilegio institucional que se consolida bajo la etiqueta de protocolo.
Porque en Itaipú, la austeridad se sirve en porciones gourmet.