Antes de que existiera la diputada más rica del Congreso, hubo un empresario que aprendió a mover el dinero como quien borra huellas en la arena.
Genaro Filiberto Peña Barrientos fue el hombre detrás del imperio. Murió en 2015, pero su sombra todavía aparece en los balances de las empresas vinculadas a su esposa, Virina Villanueva, actual representante colorada por Concepción.
En vida, Peña cultivó el perfil de un empresario elegante y reservado. Tenía trato con banqueros suizos, vínculos en Panamá y una discreta red de abogados que gestionaban sus fundaciones y sociedades. La fortuna que dejó no solo sobrevivió a su muerte: se multiplicó en manos de su viuda.
Diputada Virina Villanueva
El arquitecto del dinero invisible
En los documentos filtrados por los Pandora Papers aparece su nombre asociado a una red internacional de fundaciones y empresas offshore con sede en Suiza, Panamá y las Islas Vírgenes Británicas.
La lista incluye Isispiras Foundation, Caspol Trust, Anisru Trading Inc., Ursina Trading Inc., Ripplecreek Investment Inc. y Cordelia Properties Ltd..
En el Jyske Bank (Suiza) y el HSBC, estas firmas manejaban líneas de crédito por más de USD 150 millones, respaldadas por activos que superaban los USD 110 millones en 2013.

Virina Villanueva y Genaro Peña Barrientos (+)
Era un sistema tan sofisticado como hermético: los fondos pasaban de un fideicomiso a otro y, finalmente, regresaban a Paraguay en forma de créditos empresariales a firmas del propio grupo familiar.
Entre esas empresas figuran Nipon Automotores S.A. y Eurocar S.A., beneficiarias de líneas por hasta TCHF 14.650 (unos USD 15 millones). La estructura permitía que Peña se financiara a sí mismo sin dejar rastro directo en los registros locales.
Según revela la filtración del Pandora Papers. Genaro Peña creó al menos diez sociedades offshores a través de las cuales movió más de 200 millones de dólares.
La carta de la fundación
El 27 de octubre de 2009, Peña escribió una carta a la Isispiras Foundation, con sede en Zúrich.
Era una “letter of wishes”, una carta de instrucciones para cuando él muriera. En ella disponía que sus bienes se transfirieran a su hijo Alan Daniel Peña Velázquez, con pagos escalonados de USD 70.000, 84.000 y 100.000 anuales, depositados en una cuenta del BBVA Paraguay.
También ordenaba la creación de un fondo adicional de USD 1 millón por año, inversiones a nombre del heredero y asignaciones secundarias a Eduarda Correa, Luis Felipe Peña Fernández y Lorena Alejandra Peña Barceló.
El custodio del esquema era el abogado suizo Edgar H. Paltzer, quien en 2013 fue procesado en Estados Unidos por facilitar estructuras de evasión fiscal.
DDJJ de Virina Villanueva
El testamento cifrado de Peña fue el plano financiero que años después sostendría la fortuna de Villanueva.
Un empresario entre el poder y la violencia
Detrás del silencio de los bancos hubo también una historia criminal.
En 1995, Genaro Peña fue denunciado por el asesinato del contador Francisco Fariña Pujol, ocurrido en Asunción.
El caso estremeció a los círculos empresariales: Fariña había sido su asesor financiero y uno de los pocos que conocía en detalle la red de empresas que administraba el empresario.
Años después, Peña fue acusado de intento de homicidio contra su exesposa, Miryan “Kuka” Centurión, madre de uno de sus hijos. Centurión sobrevivió al ataque y lo denunció ante la justicia.

Recorte del diario ABC Color del 19 de abril de 1990
En 2007, el juez Andrés Casati lo sobreseyó en ambas causas, cerrando los expedientes que podrían haber revelado su fortuna antes de tiempo.
Los procesos judiciales no frenaron su expansión. Peña mantuvo sus negocios, sus contactos y una reputación de hombre intocable: respetado por algunos, temido por muchos.
La herencia que se multiplicó
Tras su muerte, el dinero cambió de nombre, pero no de origen.
Entre 2007 y 2018, Virina Villanueva adquirió más de diez propiedades en Caacupé, San Bernardino, Altos, Emboscada y Ciudad del Este, además de una sociedad en Uruguay, Trimaren S.A..
Ninguna fue declarada como herencia: todas figuran como compras directas.
En 2023, ABC Color la describió como “pobre en lectura, pero con una fortuna de USD 21 millones”. Dos años después, su patrimonio declarado ascendió a USD 33 millones.
Las declaraciones juradas ante la Contraloría muestran que es accionista de Nipon Automotores, Multimarca Motor JP y Ganadera Tropical, todas activas.

Nipon Automotores firmó contratos con el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (SENACSA) y la Municipalidad de San Lázaro mientras Villanueva ya ocupaba su banca.
La Ley 7089/23 de Prevención de Conflictos de Interés prohíbe esa doble condición, pero la diputada sigue figurando como accionista y garante de las empresas.
La diputada del silencio
En octubre de 2025, Parámetro solicitó al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) información sobre las empresas y beneficiarios finales vinculados a Villanueva.
La respuesta no fue un documento, sino una resolución judicial: la diputada había presentado un amparo para impedir la entrega de los datos.

Amparo presentado por Virina Villanueva
El expediente descansa en el Juzgado Civil y Comercial del 25º Turno.
Desde entonces, la información permanece bloqueada, igual que los expedientes de su esposo veinte años atrás.
En los pasillos del Congreso, Villanueva evita hablar de su fortuna. Camina con paso corto, firme, y un gesto de serenidad que no revela nada.
El silencio, en su caso, no es evasión: es una estrategia heredada.
El poder que aprendió a esconderse
El amparo no sorprende. Otros empresarios y políticos —Horacio Cartes, Antonio Vierci y Miguel Vázquez (UENO Bank)— también recurrieron a la justicia para bloquear pedidos de información pública.
Pero el caso Villanueva tiene un matiz distinto: su riqueza no nació de la política, sino de una red de fundaciones extranjeras diseñada para evitar la mirada del Estado.
El dinero llegó antes que los cargos, y el silencio legal se volvió su principal blindaje.

Epílogo
La historia de Virina Villanueva no empieza en el Congreso, sino en una carta escrita en Zúrich por un empresario acusado de homicidio.
De aquel despacho suizo salió el primer hilo de una trama que, años después, se transformó en patrimonio, propiedades, contratos y poder político.
Hoy, ese legado está resguardado por un amparo judicial.
Y mientras el Estado espera respuestas, la fortuna de la diputada sigue creciendo, protegida por la misma lógica que la originó: ocultar primero, explicar después.