La fiebre por bajar de peso que atraviesa Brasil encontró en Paraguay un acceso rápido y sin control. En el reportaje de Domingo Espectacular se observa cómo cientos de consumidores cruzan la frontera para adquirir tirzepatida y otros compuestos inyectables a precios muy inferiores. Una lapicera inyectable de 15 mg cuesta cerca de 3.500 reales (unos Gs. 5.600.000), mientras que en Ciudad del Este una ampolla del mismo contenido ronda los 600 reales (Gs. 960.000). La diferencia es evidente. Brasil paga casi seis veces más, un encarecimiento equivalente al 483 por ciento, lo que alimenta un flujo constante de compradores que buscan “bajar rápido” sin la exigencia de receta.
La Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria realizó intervenciones concretas y publicó la Alerta Sanitaria 13-2025, que advierte que Zeptrina es un producto no registrado, de riesgo grave, sin número de registro sanitario y sin datos del importador. También clausuró cinco establecimientos en Ciudad del Este por vender medicamentos irregulares y versiones adulteradas de tirzepatida. Entre los locales afectados figuran Athlet Pharma, Amadeus, Tutti Farma, Space Fit y PDO House, donde se incautaron ampollas sin fabricante, rótulos en idioma extranjero y compuestos que requieren receta obligatoria.
Pink Pharmacy fue intervenida en CDE por vender tirzepatida y productos para bajar de peso.
Un mercado que creció sin control
Las imágenes del programa brasileño muestran cómo farmacias de Ciudad del Este se convirtieron en puntos de abastecimiento para redes clandestinas que operan en São Paulo y Río de Janeiro. En varios locales se ofrecen ampollas sin verificar origen ni contenido, junto con derivados experimentales y productos sin trazabilidad. Las incautaciones recientes confirman la presencia de sustancias vinculadas a laboratorios paraguayos vetados en Brasil y compuestos promocionados como “alternativas para bajar kilos” sin ningún respaldo científico.
Alerta de Dinavisa por medicamentos falsos hallados en Ciudad del Este.
El boom numérico según datos oficiales
El crecimiento del mercado de medicamentos para bajar de peso explica por qué la frontera se volvió un punto crítico. Datos oficiales de Anvisa señalan que el volumen vendido de análogos de GLP-1, que incluyen tirzepatida, aumentó alrededor de 153 por ciento entre 2020 y el primer semestre de 2024. En ese periodo, Brasil pasó de un consumo moderado a una demanda masiva impulsada por la moda de bajar kilos rápido.
Según informes del sector farmacéutico brasileño, la categoría de medicamentos vinculados a obesidad y diabetes movió aproximadamente 13.200 millones de reales entre agosto de 2024 y agosto de 2025, con un crecimiento cercano al 40 por ciento. A esto se suma que, según fuentes médicas brasileñas, entre 2023 y 2024 se detectaron alrededor de 28 kilos de tirzepatida ingresados ilegalmente, suficiente para miles de aplicaciones dentro del mercado paralelo. Estos datos muestran que el fenómeno no es aislado y que la frontera paraguaya se volvió una pieza clave en una red que mezcla alta demanda, precios bajos y riesgos sanitarios crecientes.

Los casos graves y el impacto regional
La emisión de Domingo Espectacular mostró los efectos más serios de la moda de “bajar rápido”. Una influenciadora brasileña terminó internada en terapia intensiva tras aplicarse un producto adquirido fuera de los canales regulados. Sufrió deshidratación severa, vómitos, diarrea y dolor abdominal, un cuadro que requirió traslado a un hospital de mayor complejidad y cuyos síntomas persistieron varias semanas. Otro caso presentado corresponde a una mujer que perdió más de cuarenta kilos con tirzepatida bajo acompañamiento médico, pero desarrolló pancreatitis, una complicación grave del tratamiento.
Estos casos, que luego llegan a hospitales brasileños, muestran que las fallas regulatorias en Paraguay no quedan en la frontera. El impacto sanitario se extiende a ambos lados del puente. Dinavisa recordó que cualquier medicamento que contenga tirzepatida debe ser vendido únicamente con receta y registro sanitario, aunque la brecha de precios y la alta demanda siguen consolidando un mercado irregular que opera más rápido que la capacidad de fiscalización.