El negocio redondo de Ueno Bank: fondos públicos que vuelven al mercado como créditos privados

Ueno Bank administra USD 300 millones del Estado —entre el IPS y el Ministerio de Economía— y los presta al sector privado con tasas que triplican su costo. Mientras tanto, bloquea el acceso a información pública sobre sus empresas.

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Economía 21/10/25

Por Alfredo Guachiré

A primera vista, Ueno Bank parece el modelo de una banca moderna: digital, ágil, en expansión. Pero detrás de esa imagen de innovación financiera se oculta un mecanismo mucho más clásico: captar dinero del Estado y prestarlo al sector privado con intereses multiplicados.
En tres años, el banco del Grupo Vázquez pasó de ser una entidad emergente a convertirse en uno de los mayores administradores de fondos públicos del país, acumulando cerca de USD 300 millones provenientes de depósitos del Instituto de Previsión Social (IPS) y del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

Del Estado al banco

El primer flujo proviene del sistema previsional. Según el Boletín del Portafolio de Inversiones del IPS (julio 2025), Ueno Bank figura como segundo mayor receptor de depósitos previsionales, con ₲ 1,6 billones (USD 266 millones) colocados en Certificados de Depósito de Ahorro (CDA) y otros, a una tasa promedio del 11,11 % anual.

Instituto de Previsión Social IPS

El segundo flujo pertenece al MEF, que según el informe CAFI N.º 14/2025 mantiene ₲ 250 mil millones (USD 33 millones) en plazos fijos dentro del mismo banco. Ambos depósitos se realizaron bajo la misma lógica: buscar rentabilidad “segura” para recursos públicos ociosos.

En total, Ueno Bank maneja más de USD 300 millones del Tesoro y del sistema previsional. El dinero estatal se transforma así en materia prima de la banca privada, con un costo financiero bajo y previsible que el banco convierte en créditos de alto rendimiento.

Del banco al mercado

El negocio es simple y rentable. El Estado deposita fondos a una tasa promedio del 8 % al 10 %, y Ueno los vuelve a colocar como préstamos personales y comerciales con tasas del 18 % al 22 %.
Ese margen —de 10 a 14 puntos porcentuales— explica el crecimiento explosivo del banco y la rentabilidad récord registrada por el Grupo Vázquez.
El propio reporte de FIX SCR (Fitch Ratings, septiembre 2025) confirma la estructura: los depósitos representan el 71 % del activo total del banco, y de ese fondeo el 47 % corresponde a CDA, el mismo instrumento en el que ingresan los fondos del IPS y del MEF.

UENO reconocido como el banco número 1 en 2025 según la Cámara de Anunciantes del Paraguay

En un año, la cartera de créditos creció más del 40 %, mientras que las utilidades netas superaron los ₲ 294 mil millones (USD 37 millones) en 2024. La calificadora lo definió con precisión técnica: “Ueno presenta una buena capacidad de generar ingresos basados en su modelo de negocio digital y en una amplia base de clientes que sustentan un margen de intermediación favorable”.
Traducido: el banco gana porque el Estado le financia el capital.

Del crédito al silencio

El resultado de esa ecuación es un círculo perfecto: el Estado deposita, Ueno presta y el Grupo Vázquez gana. Pero mientras los fondos públicos alimentan su expansión, el grupo actúa como si sus operaciones fueran un secreto privado.
En octubre de 2025, el Ministerio de Economía y Finanzas informó oficialmente al director de Parámetro, Alfredo Guachiré, que no podía entregar información sobre las sociedades vinculadas a Miguel Vázquez y su padre, Víctor Hugo Vázquez, porque ambos promovieron un amparo judicial para bloquear el acceso a esos datos.

Es decir, la misma entidad que vive del dinero del Estado impide que el Estado revele quiénes son sus beneficiarios reales.
Hasta hoy, el caso permanece bajo reserva judicial. Pero los documentos públicos —del IPS, del MEF y de la calificadora FIX SCR— son suficientes para entender el modelo: una banca privada que funciona con capital público, crece bajo amparo judicial y reporta utilidades históricas.

Los dueños del país

El ascenso de Ueno Bank sintetiza el nuevo mapa del poder económico paraguayo: conglomerados financieros que administran el ahorro de los trabajadores y el dinero del Tesoro, con respaldo estatal y control societario opaco.
Su crecimiento no proviene del riesgo ni de la innovación, sino de una estructura de intermediación financiada por el propio Estado.
Mientras los bancos multiplican su rentabilidad, las instituciones públicas se limitan a cobrar intereses mínimos.

Miguel Vázquez y su esposa Laura Vargas 

En ese escenario, la transparencia se vuelve una amenaza.
Porque si el dinero público sostiene el negocio privado, la opacidad ya no es un derecho comercial, sino un privilegio político.
Ueno Bank es hoy el ejemplo más visible de ese sistema: una entidad que prospera gracias a los fondos del Estado y se protege de la mirada pública mediante los tribunales.